La mujer fue muy importante durante la Independencia y tuvo un papel muy grande en ella. Algunas mujeres colaboraban como espías, otras como mensajeras, otras colaboraban con las guerrillas y algunas otras acompañaban a sus maridos a la batalla. Estas 3 mujeres son un ejemplo de heroínas de nuestra historia:
Manuelita Sáenz
Manuela Sáenz Aispuru nació en Quito, Ecuador el 27 de diciembre de 1797. Fue una gran patriota ecuatoriana y la novia de Simón Bolívar. Manuelita es conocida como la “Libertadora del Libertador” y además como una de las primeras feministas de América Latina. Cuando era muy joven, su madre murió y la enviaron a un convento de monjas. Años más tarde, se escapó del convento ya sabiendo inglés y francés.
En 1816 conoció al médico inglés James Thorne, veintiséis años mayor que ella y se casaron en 1817 en Lima, la capital del Virreinato del Perú. En Perú se hizo amiga de Rosa Campuzano con quien hablaron mucho de política y así fue como empezó a odiar a los españoles.
Ya apoyaba las causas independentistas y luchó decididamente en el Batallón de Numancia. El 16 de junio de 1822 fue el primer día que vio a Simón Bolívar y se enamoró de él. Lo acompañó en muchas batallas, luchando inclusive activamente en ellas y lo salvó de la muerte en “la Nefanda Noche Septembrina”, el 25 de septiembre de 1828. Diciéndole que salte por la ventana frustrando un asesinato.
Manuelita luchó en la Batalla de Pichincha y en la Batalla de Ayacucho. Consiguió en rango de coronel(a). Bolívar murió en Santa Marta en 1830 por tuberculosis, y Manuela estaba destrozada. Al igual que Bolívar, se fue al exilio a Jamaica.
En 1835 intentó volver a su tierra, pero le negaron el pasaporte. Entonces, se instaló en el pueblo peruano de Paita. Pasó sus próximos 25 años vendiendo tabaco, traduciendo cartas en inglés de Estados Unidos, y haciendo bordados y dulces. La visitaron muchos personajes como Herman Melville, el patriota italiano Giuseppe Garibaldi y muchos otros. A los 59 años, Manuelita murió de difteria el 23 de noviembre de 1856.
Policarpa Salavarrieta
No se sabe dónde o cuándo nació. Tampoco se sabe su verdadero nombre. Pero Policarpa Salavarrieta, o La Pola como comúnmente es conocida fue tal vez la heroína más importante de nuestra historia. No se ha encontrado su pasaporte, ni su partida de nacimiento, pero se dice que los momentos más probables de su nacimiento son entre 1793 y 1796. Lo más seguro es 1796, y que nació en Guaduas.
Su familia, no era rica, pero tampoco pobre. A los dos años, su familia se mudó a Santafé. La Pola tenía nueve hermanos.
Tristemente en 1802 hubo una epidemia de viruela en Santafé y sus padres y dos de sus hermanos murieron. Esto separó a la familia Salavarrieta por completo. Catarina, la hermana mayor, volvió a Guaduas en 1804 y se llevó con ella a sus dos hermanos menores, Policarpa y Bibiano.
Catarina se casó con Domingo García y los hermanos fueron a vivir con ellos. Guaduas era una ciudad obligatoria en la época para ir de Santafé al Río Magdalena y viceversa. Venían comerciantes y todo tipo de personas. Llegaban muchas noticias.
Policarpa compartió con su familia el espíritu revolucionario. Domingo García y su hermano lucharon junto a Nariño en la Campaña del Sur. Desde 1810 La Pola era una espía importante para los patriotas. Ella iba de costurera a las casas de las esposas de los realistas y escuchaba noticias y conversaciones, además cuando podía, miraba documentos para saber el número, órdenes, movimientos y armamentos de las tropas enemigas.
Esta información era muy útil para las guerrillas, que emboscaban a los realistas. La Pola también fue voluntaria de guerrillas, sobre todo la de los Llanos. Era mensajera, compraba material de guerra y convencía a jóvenes para que se unieran a la Revolución.
Espiaba con su amigo Alejo Sabaraín. Cuando los españoles lo capturaron, encontraron archivos de ella también. La capturaron por sorpresa en su casa, y se la llevaron a un calabozo en el Colegio del Rosario.
El 14 de noviembre de 1817 a las nueve de la mañana, ella caminó por la plaza con dos curas al lado. Se rehusó a caminar, pero la obligaron. Ella quería dar un discurso de lo que pensaba de los ministros españoles, pero obviamente no la dejaron. Antes de que la fusilaran gritó:
"¡Pueblo indolente! ¡Cuán distinta sería hoy vuestra suerte si conocierais el precio de la
libertad! Pero no es tarde. Ved que, mujer y joven, me sobra valor para sufrir la muerte y mil
muertes más. ¡No olvidéis este ejemplo!".
Antonia Santos
Esta heroína de la independencia colombiana nació en Santander en 1782. Sus primeros años de vida los vivió en la provincia de Socorro, que era una región que ya había vivido el movimiento de los comuneros. Creció entre idealismos independentistas, ya que su familia apoyaba mucho la independencia, y por eso fue que le dedicó tanto tiempo a la independencia.
Durante la época de Antonia, se formaron una serie de grupos guerrilleros que luchaban contra los españoles realistas, y estos grupos combatieron el régimen del terror y apoyaron al ejército de la nación en 1819. Antonia Santos organizó y sostuvo la guerrilla de Coromoro, y convirtió su hacienda en el centro de operaciones del grupo. Esta guerrilla era comandada por Fernando Santos, José Gabriel Tovar, Camilo Gaona y José Manuel Ruiz, entre otros, y lo que esta guerrilla hizo fue impedir el paso de las tropas españolas que iban a ayudar en las batallas del Pantano de Vargas y de Boyacá.
El 20 de julio de 1816, un grupo militar español llego a la haciendo donde el grupo Coromoro se reunía, y capturaron a Antonia Santos, a su hermano Santiago, y a los otros familiares y sirvientes que estaban en la hacienda. Todos fueron trasladados al Socorro, donde fueron encarcelados. Antonia fue sentenciada a muerte el 16 de julio, y la mataron en la plaza pública el 28 de julio del mismo año. La noticia de su muerte llego rápido a las guerrillas, quienes prometieron seguir en su lucha, ahora en nombre de ella.
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